Imagina que estás en el punto de partida de una larga carrera en la que tienes la opción de seguir la ruta que desees. Tus competidores tienen cierta ventaja, porque llevan mucho más tiempo que tú de preparación y tienen mejores equipos para correr. ¿Cuál será tu decisión? ¿Correrás de igual a igual sabiendo que llevas las de perder? O, ¿analizarás la ruta que más te convenga? Seguro harías esto último, ¿verdad? Si es así, ¿entonces por qué no aplicas el mismo criterio en tu carrera profesional?
Cuando vamos a emprender, y formar nuestra propia Firma de abogados o decidirnos a litigar de manera independiente es un gran emprendimiento, solemos pensar en todos los pasos que debemos realizar, como quien incorpora ingredientes en la preparación de un platillo según una determinada receta; pero ocurre que los emprendimientos no tienen una única manera de llevarse a cabo. Desde luego hay pasos obligados, pero no hay un orden ni un número específico de acciones por realizar.
Una de las razones más poderosas para intentar replicar lo que otros ya han hecho es el temor a la innovación. Seguir la pauta que siguen todos nos da seguridad en medio de la gran incertidumbre que significa emprender. Lo que no vemos es que esa guía segura puede ser, precisamente, el peso que no nos permita emerger. Y con esto no queremos decir que no debas identificar casos de éxito para aprender de ellos; pero sí considera que incluso hasta los casos de éxito necesitan una adaptación a tu propia realidad porque así como cada persona es única, cada proyecto también lo es.
¿Cómo adaptar esa guía de emprendimiento a mi propio proyecto? Considera la evaluación de estos 5 aspectos sustanciales para el éxito de tu emprendimiento jurídico:
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Mi equipo es todo
Cuando empiezas, tu equipo sueles ser tú mismo y si tienes socios o colaboradores es probable que no sean más de 3 personas. Esto supone dos cosas: a) Tú y tu equipo están obligados a ser el doble de eficientes que el grupo humano de una Firma corporativa porque cada error les cuesta más; y, b) Como el grado de exigencia es tan alto no hay espacio para la mediocridad o la apatía. Lo que se hace debe hacerse bien y pronto. Por ello es muy importante que selecciones con un extra de cuidado a los primeros integrantes de tu Firma o a los socios que te acompañarán en esta travesía.
La productividad de tu Despacho depende, en primer lugar, de la calidad de tu trabajo y del de tu equipo. Sin personas capacitadas y comprometidas no tienes organización que gestionar.
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La regla es la eficiencia y el control financiero
Antes de soñar con una gran oficina, de pensar en decoradores y equipos de última tecnología debes enfocarte en producir. Primero genera los ingresos y luego incrementas tus gastos.
Es natural que en nuestro intento por avanzar y proyectar una imagen de solidez nos preocupemos mucho por las formas, pero la imagen no puede poner en riesgo al negocio en sí mismo. Por esta razón, cuida de mantener bajo control todos tus gastos fijos y variables, llámese alquiler, servicios, planillas, inmobiliario, entre otros.
La eficiencia en el trabajo trasládala a la gestión financiera y contable. Labora con lo mínimo indispensable y produce como 3 iguales a ti.
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Mejor organizados temprano que tarde
No esperes a ser grande para organizarte porque después la tarea será mucho más compleja. La organización nos da orden y sentido en el avance. ¿Cómo medirás tus progresos si no estableces metas o criterios de medición? ¿Cómo seleccionarás nuevos integrantes de tu equipo o solucionarás crisis laborales si no estableces las pautas de trabajo? Como cabeza de tu despacho, tienes la obligación de transformar tu visión de negocio en procesos y criterios objetivos. No esperes a que los demás actúen según tus pensamientos o a partir de tu propio criterio subjetivo de sentido común.
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Ser visibles para ser elegibles
Lo que no se conoce no se vende, y esto aplica tanto a productos como a servicios. Si tu Firma es una nueva propuesta en el mercado jurídico o estás lanzando tu despacho unipersonal tienes forzosamente que trabajar en tu visibilidad. Son muchas las acciones que puedes desarrollar, desde luego, pero si volvemos al punto de la eficiencia financiera es lógico pensar que tus acciones de visibilidad deberán ejecutarse de manera progresiva. Establece prioridades y enfócate en lo más importante. Una herramienta indispensable en tu lanzamiento es tu WEB corporativa o personal y junto con ella deberás ejecutar un cronograma de pequeñas campañas promocionales en google y en las redes sociales en las que elijas tener presencia. Orienta tus primeros esfuerzos a tu red de contactos y amplía esta de manera progresiva.
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La especialización como mi valor diferencial
Si te presentas con las mismas fortalezas de aquellos que te llevan ventaja, tus potenciales clientes elegirán a quienes tienen más tiempo en el mercado y tus campañas de visibilidad tendrán mucho menor impacto. Recuerda: diferenciarte es un deber. Por ello no nos cansaremos de decirte que tienes que identificar áreas de desarrollo que hagan única tu propuesta. Por ejemplo, si tu área de práctica es el Derecho penal elige sub áreas de especialización en este campo:
Derecho Penal – Derecho penal económico – Criminal Compliance
Derecho Procesal Penal – Estrategia en investigación – Negociación penalHaz un zoom en tus áreas de práctica hasta llegar a los extremos de alta especialización, gana experiencia y muestra el éxito de tus resultados.
En la próxima entrega de nuestro blog jurídico comentaremos sobre cómo armar y los sobrecostos en los que puedes incurrir si no gestionas adecuadamente tu equipo de trabajo.