Una buena manera de no ser víctima de las circunstancias es anticiparse a los hechos mediante la planificación. No puedes predecir el futuro, pero lo que sí puedes hacer, y de muchas maneras, es crearlo. ¿Cómo creo futuro? Analizando el ayer y tomando las decisiones en el hoy. Es momento de trabajar la planificación anual que toda empresa y profesional con proyección debe realizar.
Uno de los problemas de muchas Firmas de servicios legales y de abogados que ejercen la carrera de manera independiente es la falta de organización empresarial y la definición de objetivos claros. El salto entre el ejercicio profesional y la gestión de negocios todavía es un tema pendiente en la mayoría de abogados, por ello es tan importante gestionar los servicios legales desde los resultados, así como establecer metas de trabajo alcanzables y relevantes.
Cuanto más pronto los abogados comprendan que al brindar servicios legales y buscar rentabilidad por esa labor se rigen por las reglas del mercado, más pronto podrán hacer las mejoras que les permitan perfeccionar la gestión de su desempeño. Así, podrán identificar a su cliente ideal, sabrán cómo diferenciarse de su competencia, crearán un mensaje único y potente, sabrán qué canales usar para comunicar su propuesta de valor, trabajarán eficientemente en la captación y fidelización de clientes, entre otras muchas aristas propias de su modelo de negocio. Precisamente, la planificación es parte de ese proceso de mejora.
En esa línea, este es el momento para que te preguntes: ¿qué resultados espero el 2019? Para identificar tus objetivos te sugerimos analizar, individualmente o en equipo, las siguientes 3 preguntas y establecer tu plan de acción.
1. ¿Dónde me ubico actualmente?
Antes de emprender el viaje y fijar norte, revisa dónde te encuentras. ¿Qué posición ocupas entre tus pares o con qué posicionamiento cuenta tu Firma? Las comparaciones son odiosas, pero también son muy necesarias. Si bien la definición de éxito la hace cada uno, nuestra ubicación en el mercado laboral está determinada por nuestro posicionamiento.
Probablemente alguien piense en hacer estudios de mercado; no obstante, aunque se trata de una herramienta valiosísima, también es costosa y requiere de profesionales que la desarrollen con adecuada anticipación. Por ello, te sugerimos que empieces por hacer un análisis con una metodología viable.
Reúne a tu equipo y haz una lluvia de ideas. Identifica a tus competidores. Revisa qué fortalezas y debilidades tienen. Analiza la posición de los líderes de tu sector y establece qué te hace falta para alcanzarlos y por dónde podrías empezar a acortar las distancias.
2. ¿Dónde quiero estar en diciembre de 2019?
Hay un dicho que dice, “no hay vientos favorables para quien no sabe a dónde va”. Lo mismo pasa con las organizaciones y con nuestra vida profesional. Ningún camino será bueno si no tenemos claro qué metas deseamos alcanzar.
En una profesión que tiene varias tareas pendientes en el terreno de la tecnificación empresarial y organizacional, es usual encontrar a abogados que plantean sus metas de manera extremadamente generalista. Se proponen, por ejemplo, “tener más clientes”, “ganar más casos”, “tener más prestigio”. Es decir, muchos abogados suelen tener sueños, antes que objetivos, propiamente dichos.
En un post anterior te contamos qué era necesario para transformar afirmaciones o ideales en objetivos concretos y cómo trabajar para alcanzarlos, si todavía no lo has revisado te invitamos a que lo hagas (5 reglas para mejorar tu productividad). Y es que solo cuando formulamos un sueño en clave de objetivo podremos hacer el desagregado de las tareas que tendremos que cumplir en el camino para alcanzarlo.
Pero volvamos a la pregunta, ¿qué posición quieres tener en diciembre de 2019 en el aspecto laboral? Lo primero es no poner límites a tu respuesta, no cuestiones tus propios anhelos o los de tu equipo. Una vez que los tengas identificados en blanco y negro, evalúa, de la manera más objetiva posible, si se trata de metas alcanzables en un año, si esos anhelos están alineados con tus valores, con tus fortalezas y con el estilo de vida que quieres llevar. Finalmente, traza la ruta a seguir; para ello puedes subdividir los objetivos en submetas y tareas bimestrales o trimestrales. Esta manera de organizar tu año laboral permitirá que tus objetivos se vean alcanzables y, por tanto, serán menos las posibilidades de abandonar la ruta o de boicotear tu avance.
3. Establece las lecciones 2018
Para las personas y para las organizaciones, la principal fuente de aprendizaje es la experiencia, de allí que es importante revisar los resultados del año para evaluar qué funcionó, qué debe mejorarse y qué no debe replicarse más. Esta revisión de resultados es sustancial al momento de definir las tareas a las que hemos hecho referencia en el punto anterior, ya que esta información deberá ser considerada a la hora de diseñar la hoja de rutas y los procesos que te tocará implementar para alcanzar tus objetivos 2019.
No son pocos los profesionales que repiten una y otra vez los mismos métodos de trabajo, aun cuando estos no dan los resultados esperados. A veces, el punto de partida es que no se ha identificado la causa del problema, lo que lleva a la recurrencia de decisiones o procesos ineficientes. En este proceso de análisis uno suele encontrar denominadores comunes en aquellos resultados no deseados que, además, casi siempre van mucho más allá de meras irresponsabilidades individuales.
Así, puede ser que el problema se ubique a nivel de comunicación o integración del equipo, en carencias logísticas, en falta de preparación, en disposiciones imprecisas, en falta de delegación, entre otros factores. El origen del problema puede estar en una persona, en el equipo o en los procesos. Identifica el error y corrige.
Lo mismo deberás hacer con las experiencias exitosas. ¿Has analizado tus logros profesionales? ¿Qué permitió que los resultados que ahora recuerdas o celebras hayan salido como lo esperabas, e incluso mejor? En el terreno laboral, muy pocas cosas, por no decir ninguna, son producto. Los buenos resultados son el producto de la suma de enfoque, calidad y mucha perseverancia. Por tanto, identifica tus acciones ganadoras, la fórmula secreta de tu éxito, analiza cómo estandarizarla en todo tu desempeño profesional y perfecciónala constantemente.
Por último, no esperes a tener cerrado el 2018 para empezar a reflexionar sobre todos estos puntos. Si crees que enero es un buen momento, entonces pospondrás tu planificación para febrero, creyendo que las vacaciones judiciales te darán el tiempo que necesitas, pero como sabes que eso no es verdad, reprogramarás la planificación para marzo y así habrá acabado un nuevo año. ¡Toma el control ahora!